Junto a la imagen de plenitud de la adolescencia, esta es también una etapa con frecuentes conflictos tanto con uno mismo como con los demás. En este momento surge la necesidad de conquistar más autonomía, a veces sin contar aún con suficiente capacidad para usarla. Con frecuencia afloran dificultades que se venían arrastrando y que ahora se muestran con más intensidad.

Para los padres también es una etapa de importantes retos. No es fácil el equilibrio entre ir proporcionando libertad y la responsabilidad de educar a los hijos, entre darles independencia y poner los límites y normas necesarios para un desarrollo adecuado.

En gran parte, los adolescentes presentan problemas muy similares a los del adulto, sin embargo, al tratarse de una etapa de cambio, estas dificultades se presentan frecuentemente con mayor movilidad, a veces con cambios intensos, siendo un momento adecuado para orientar hacia un desarrollo equilibrado.

Existen dificultades que son específicas de esta etapa. Son frecuentes los conflictos con los padres y con el entorno social: discusiones excesivas, inadaptación, trastornos de conducta, impulsividad e incluso comportamientos violentos. También se presentan problemas interpersonales y del desarrollo de la sexualidad, entre otros.

En este momento, la psicoterapia individual y/o la orientación familiar pueden ser una oportunidad para que la etapa de la adolescencia se resuelva satisfactoriamente:

- Con frecuencia, los padres precisan orientación ante las dificultades que les plantea la educación de sus hijos, manejar las normas sin excederse, renunciar a imponer un modelo que no funciona, mejorar su comunicación, etc. 

- Es el mismo adolescente quien siendo consciente de su propio malestar, solicita un espacio en el que poder expresarse, entender mejor sus conflictos y encontrar vías para transformar su sufrimiento y su frustración en caminos hacia el crecimiento y la autorrealización.