Consultar a un psicólogo es un paso importante y, aunque cada día es más frecuente buscar la ayuda de la psicoterapia para una amplia variedad de situaciones, dar el paso de consultar indica que la persona es consciente de que algo no va bien, a la vez que evidencia su deseo de cambiar y mejorar.

La necesidad de comenzar una psicoterapia puede surgir a raíz de una pérdida importante, una frustración personal o profesional, un problema con la familia o en las relaciones con los demás. Otras veces aparece un síntoma que provoca un malestar clínicamente significativo, deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad de la persona y su entorno. Estos síntomas requieren ser escuchados y entendidos antes de encontrar la estrategia adecuada para resolverlos.

El proceso va encaminado no solo a la supresión de los síntomas sino a la toma de conciencia de la persona de aquellos aspectos de sí mismo que entorpecen su bienestar, así como para desarrollar aquellos recursos propios que le ayudarán a tener más autonomía y responsabilidad personal para decidir y actuar de forma independiente frente a las demandas con las que nos confronta la vida.

En la gran mayoría de los casos, la experiencia de realizar psicoterapia reporta unos beneficios a la persona que compensan ampliamente la inversión económica y temporal que la misma conlleva.

Problemas frecuentes que atiende la psicoterapia:

▪ Depresión, pérdidas no superadas, angustia, sentimientos de vacío e insatisfacción.

▪ Ansiedad, timidez excesiva, fobias y temores, agorafobia, obsesiones.

▪   Somatizaciones, trastornos de la alimentación.

▪ Alteraciones de personalidad. Inestabilidad emocional, dependencia, suspicacia, egocentrismo, aislamiento, etc.

▪ Dificultades con la sexualidad o con las variedades del deseo sexual.

▪ Dificultades en las relaciones de pareja, familiares o sociales.

▪ Comportamientos violentos, maltrato e impulsividad.